Intervenciones escultóricas diseñadas para el itinerario de las veladas de arte contemporáneo en el Ecoparque el Juncaral, Villanúa-Huesca. Las obras diseñadas por Nacho Arantegui fueron desarrolladas junto a un equipo técnico formado por Cristina Berlanga y Alberto Monreal.
Seres de Bosque
Tres piezas escultóricas formadas de troncos secos localizados a orillas de un pantano próximo a la Comarca de la Jacetania. Se cubrieron de arcilla blanca, pigmentos naturales, fijador biodegradable, musgo, piedras, falsa avena, acículas, muérdago, hojas secas.






Cobijo Espectro
Pieza escultórica formada por un gran tronco hueco con formas sugerentes. Su base de musgo y piedra daba paso a una blanquecina piel cubierta de caolín y en su interior el grafito aportaba una oscuridad profunda y turbadora. De la tierra brotaba la médula, un nervio que recorría todo el hueco del tronco de abajo arriba y que tenía la cualidad de la fluorescencia, dejando entrever pequeñas conexiones de vibrantes estambres.





El tótem de las brujas
Pieza escultórica formada por una gran enredadera de 4.40m de alto que se pudo desprender de un tronco muerto. Su estructura se completó con otras ramificaciones, el conjunto se cubrió de pan de cobre.






Brixta
Pieza escultórica formada por una profusa serie de brazos entrelazados que miden en su conjunto: 4,30m x 1,35m x 2,50m. Proviene de una raíz de platanus x hispanica y estaba cubierta del vilano algodonoso que se desprende de los chopos en primavera. La base formada por una serie de piedras de canto rodado colocadas siguiendo una disposición, contenían algunos símbolos en tinta roja natural (óxido de hierro).
Brixta se presentaba a través de una doble capa o textura, la del algodón sobre sus ramificaciones y la de la imagen que se formaba a partir del vídeo mapping. La pieza representaba diferentes códigos de comprensión y comunicación con las entidades del bosque, un homenaje a las mujeres curanderas a las que hacía referencia el evento.
El vídeo mapping corrió a cargo de los artistas Yaguar Visual y Edu Cortina.




ARA
Consistía en un altar ubicado en un pequeño montículo de tierra y formado por piedras de canto rodado, musgo, plantas y raíces de árbol con formas cóncavas trabajadas con caolín y pigmentos naturales biodegradables. Se publicó en las redes sociales de Trarutan una imagen del altar ofreciendo la posibilidad de que las personas que vinieran a vivir la velada, dejaran una pequeña ofrenda a las mujeres que a lo largo de la historia fueron acusadas de brujería e injustamente ajusticiadas. La interacción del público pronto propició que aparecieran en el altar diferentes objetos.





Paisajes del agua
A ambos lados de una pasarela-puente y flotando entre un misterioso vapor de agua las presentaban paisajes formados de flores, musgo, liquen, barro y piedras.
En total 10 esferas de diferentes diámetros se disponían a ambos lados del puente. La luz emanaba del interior a través de pequeños artefactos led. El vapor de agua se materializaba a través de dos aparatos generadores de niebla por difusores ultrasónicos. La pieza requería de su manipulación cada noche, había que recargar las baterías de los artefactos de luz.




Isla misterio
Intervención escultórica.Se colocaron en la isla del lago una serie de 105 varas de hasta 330cm de altura con una imprimación luminiscente, que tiene la cualidad de cargarse durante el día con la luz del sol y brillar por la noche. El efecto del brillo se acentuó colocando un foco de luz ultravioleta para que incidiera en las varas desde en la otra orilla y así ganar protagonismo su reflejo en el agua.



El espacio de la hechicera
Decorado con plantas (Tragopogon porrifolius, Allium sphaerocephalon…), variosobjetos antiguos, entre ellos botellas de vidrio que contenían un líquido luminiscente. En este espacio interactuaba la primera semana la niña de 11 años Vera Luna (hija del artista Silberius de Ura). La niña “aprendiz de hechicera” entre otras acciones pintaba con los colores luminiscentes sobre un papel natural de textura algodonosa y fragmentos de plantas. El resultado de sus dibujos quedó documentado a través de la fotografía.
Por su parte Lorena Toquero interactuaba con el espacio la segunda semana interpretando a Guirandana de Lay. Sus acciones representaban un diálogo con los elementos naturales del bosque y las entidades o seres que lo habitan.

